Familias norcoreanas son arrestadas por posesión ilegal de teléfonos móviles


Image: Yonhap

Una fuente al interior de Corea del Norte informó que el
Departamento de Seguridad de la provincia Hamkyung del Norte envió a familias
norcoreanas a campos de trabajos forzados, tras examinar sus teléfonos móviles,
conseguidos a través de intermediarios (“brokers”) de remesas, y verificar la
realización de llamadas ilegales.

En comunicación con Daily NK, la fuente, proveniente de
dicha región del país, comunicó el día 13 de noviembre que “siete familias de
la ciudad de Hoeryong fueron enviadas a campos de labores forzadas, después de
ser descubiertas por el Departamento de Seguridad estando en posesión de
aparatos telefónicos chinos, obtenidos gracias a intermediarios de remesas.
Cada jefe de familia fue investigado por separado, tras lo cual tuvieron que ir
a los campos”. 

En relación con estos acontecimientos, la fuente señaló que
“una mujer de unos sesenta años estaba entre aquellos que fueron enviados a los
campos, a realizar labores forzadas por seis meses. Estaba en posesión de un
teléfono, el cual fue comprado y enviado por un intermediario contactado por el
hijo de la mujer, que vive en Corea del Sur, aparato que no alcanzó a usar
antes de su arresto”.

La vigilancia a gran escala se está intensificado en las
zonas fronterizas del país, con el fin de detener las llamadas telefónicas al
extranjero, al tiempo que quienes son descubiertos realizando estas actividades
son castigados severamente.

En conexión con estos eventos, Daily NK reportó el día 12
que una parte del área fronteriza de la provincia Ryanggangdo fue declarada
“zona de peligro”, y se está intensificando el control para evitar las llamadas
telefónicas al exterior, huidas desde el país y envíos de dinero.
Adicionalmente, estos últimos días se están llevando a cabo intentos para ubicar
la localización de detectores de ondas de radio, de manufactura alemana, usados
para las escuchas telefónicas clandestinas.

Según la fuente, dos personas que desempeñaron el rol de
intermediarios comenzaron a ser investigadas en relación con el incidente
ocurrido en Hoeryong, las cuales estarían involucradas en el envío ilegal de
dinero. En el transcurso de la investigación, los sospechosos confesaron haber
utilizado teléfonos chinos, además de revelar (bajo amenazas del Departamento
de Seguridad) las familias a quienes entregaron estos aparatos, quienes fueron
arrestadas sin siquiera poder ofrecer una explicación, debido a la previa
confesión de los intermediarios.

El realizar llamadas al extranjero se ha vuelto más difícil
a medida que continúan ocurriendo incidentes como el previamente señalado. “Es
peligroso llamar por teléfono, ya que no se sabe cuándo van a interceptar la
llamada. Si algo sale mal, todo podría venirse abajo, todo lo hecho por los
contrabandistas y los intermediarios”. Con estas palabras la fuente describió
la atmósfera que se respira estos días en la zona.

“La censura y vigilancia en las zonas limítrofes han
aumentado en el último tiempo, con el objetivo de poner atajo a quienes se
comuniquen con el exterior (o quienes faciliten estas comunicaciones), las
fugas o los envíos de remesas. Por ello, muchos están ideando métodos para
esconder los teléfonos móviles, con el fin de evitar episodios como este.

“El Departamento de Seguridad es un lugar en el que a usted le
hacen admitir crímenes que no cometió, y usted no tiene manera de afirmar lo
contrario. Debido a los contrabandistas e intermediarios, quienquiera que no
haya sido atrapado está sujeto a vigilancia, y si es capturado, lo harán
padecer”, explicó la fuente.